REFLEXIONES EN TORNO A LA VIOLENCIA
VIOLENCIA Y TERRORISMO
1. INTRODUCCIÓN.
Comúnmente se cree
que la violencia es un problema abstracto, se piensa que se puede ser
"partidario" de la violencia u "oponente" de la violencia.
En esos contornos, resulta muy fácil aparecer como humanista repudiando la
violencia en todas sus formas, "venga de donde venga", se
dice.
De este modo
pensamos que la primera reflexión profunda en torno a la violencia debe ser:
¿es la violencia innata al hombre?, ¿es el hombre violento por naturaleza?
De la respuesta a
esta pregunta fundamental derivan todas las disquisiciones sobre la violencia.
Si el hombre es violento por naturaleza (el hombre, el lobo del hombre.
Hobbes), TODA violencia es, si no justificada, por lo menos explicada. Este
razonamiento nos lleva directamente a la ley de la selva, a la ley del más
fuerte. Esta posición ignora que la violencia, en todas sus formas y matices,
es un problema social.
Por el contrario,
como sostenemos, si el origen de la violencia no se encuentra en la naturaleza del ser humano, éste debe ser
buscado en otra parte, lo que sugiere que la violencia, en todas sus formas y
matices, es un problema social que surge de las condiciones concretas que le
toca vivir al hombre y sus sociedades. La violencia tiene, entonces, sus raíces
en la historia larga de las formaciones sociales, se va formando desde tiempos
inmemoriales, siempre en relación con el dominio y el control de los medios de
subsistencia o de las tierras y territorios. Las más antiguas confrontaciones
imperiales, tenían como substrato el control de las aguas, de los ríos, lagos y
vertientes en las formaciones hidraúlicas, a la adquisición de mano de obra
barata o gratuita de las formaciones esclavistas y consiguientemente al poder
político en el seno de las formaciones sociales y en relación a otras
formaciones sociales.
2. LA GUERRA. LA FORMA MAS
ALTA DE VIOLENCIA
En el mundo
contemporáneo la forma más aguda de la violencia es la guerra, que,
lamentablemente, ha conseguido un reconocimiento formal y universal a cargo de
los Estados constituidos, en una palabra lo que se conoce como violencia
institucionalizada. No se indaga ni se investiga hasta qué punto es legítima la
violencia estatal que se desborda a ojos vista y en medio de la paciencia de
una "comunidad" internacional y una "opinión pública
mundial" claramente parcializadas.
El presidente Mao,
define de la siguiente manera el carácter de las guerras:
«La
guerra, ese monstruo de matanza entre los hombres, será finalmente eliminada
por el progreso de la sociedad humana, y lo será en un futuro no lejano. Pero
sólo hay un medio para eliminarla; oponer la guerra a la guerra, oponer la
guerra revolucionaria a la guerra contrarrevolucionaria, oponer la guerra
revolucionaria nacional a la guerra contrarrevolucionaria nacional y oponer la
guerra revolucionaria de clase a la guerra contrarrevolucionaria de clase. La
historia conoce sólo dos tipos de guerras: las justas y las injustas. Apoyamos
las guerras justas y nos oponemos a las injustas. Todas las guerras
contrarrevolucionarias son injustas. Con nuestras propias manos pondremos fin a
la época de las guerras en la historia de la humanidad, y la guerra que ahora
hacemos es indudablemente parte de la guerra final….»
(Problemas
estratégicos de la guerra revolucionaria en China”. Diciembre de 1936).
Se reconoce varios
tipos de guerras, las guerras de alta, media y baja intensidad (teoría
norteamericana de la guerra), las guerras internacionales y las guerras
civiles, las guerras declaradas (legales) y las no declaradas (ilegales), las
guerras justas y las guerras injustas (teoría materialista histórica de la
guerra). Parecería un contrasentido hablar de "guerras justas" y
pensamos que en realidad toda guerra es injusta, ya decíamos que esto solamente
se da en el plano teórico. En la práctica, efectivamente, comenzando por los
padres de la Iglesia (San Agustín) ya se habló muchas veces de guerras justas y
de guerras santas (La Gijad Islámica). En la actualidad se ha llegado a
extremos realmente inconcebibles en cuanto a la teoría de la guerra según los
cuales toda "guerra americana" sin derecho a réplica no es solamente
justa, sino incluso "divina", por ello, los americanos invasores de
países soberanos son los "buenos" y los agredidos son "los
malos".
La Primera Guerra
Mundial, la Segunda Guerra Mundial, la guerra de agresión norteamericana contra
Vietnam, contra Corea del Norte y últimamente contra Afganistán a Irak, son
muestras palpables y evidentes del carácter verdaderamente genocida de la
guerra imperialista norteamericana que quiere imponerse como sistema en el
mundo moderno.
3. LA VIOLENCIA POLÍTICA
Es la forma más
común de la violencia porque está referida al Estado, por ello mismo es una
violencia política. Los pensadores han creído hacer un gran favor a sus
sociedades y Estados, tratando de justificar y legalizar así como legitimar la
violencia a cargo de los Estados en razón de argumentos abstractos e
ideológicos. Es el caso de los filósofos y sociólogos alemanes como Hegel y Max
Weber y sus reflexiones sobre la omnipotencia del Estado y la dominación
legítima. Está probado que son los Estados los causantes del desarrollo de
formas violentas en el encaramiento de los problemas sociales.
Se puede subdividir la violencia política desde los
ángulos más contrapuestos de la contradicción. Por una parte la violencia
fascista que ha sido la forma más visible en los últimos tiempos en el mundo y
en América Latina. Debemos recordar la enorme cantidad de tipos de violencia
que han sido practicados contra los sectores populares por parte de los
regimenes occidentales como el norteamericano y los regímenes militares de la
llamada Seguridad Nacional y la "Operación Cóndor" que eliminó de la
manera más brutal a decenas de miles de ciudadanos de todas las condiciones
sociales en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Bolivia. Los informes Sábato
(El "Nunca más". Argentina) Retig (Chile), y los documentos
descubiertos en Paraguay muestran los extremos a los que puede llegar este tipo
de violencia que rebasa con creces el tipo de violencia actualmente reinante en
el mundo. Los subtipos más usados de la violencia fascista son la tortura
sistemática (existen escuelas e institutos que perfeccionan métodos de tortura
en los Estados Unidos a cargo de la CIA), la violación, el secuestro, las
desapariciones forzadas de personas, el rapto de menores y su adopción por los
mismos torturadores, etc.
El problema lacerante de la desaparición forzada de
personas ha desatado un movimiento mundial que exige el esclarecimiento total
de este crimen de lesa humanidad y que no es una "virtud" solamente
de regímenes dictatoriales.
En el caso de la violencia política de tipo
revolucionario, tenemos los coches bomba, los secuestros, las acciones
guerrilleras contra los ejércitos o las policías que muchas veces afectan a la
población civil. Calificamos este tipo de violencia como una contra-violencia
que se desata frente a la impunidad que adquiere muchas veces la violencia institucionalizada
y la violencia fascista. Es más o menos como decir que es la respuesta a la
violencia número 1, una violencia número 2. (Ver Helder Cámara. Obispo de
Recife. Brasil). Sin bien es imposible justificar este tipo de violencia que no
dudamos en calificarla de revolucionaria, es posible y explicarla precisamente
como contra-violencia o violencia condicionada.
4. LA
VIOLENCIA SOCIAL
Las formaciones
sociales (sociedades) modernas conocen una forma cotidiana de violencia que se
confunde con la delincuencia común. Se trata de una violencia sostenida, de
pequeña magnitud pero de una peligrosidad muy grande porque ataca
indiscriminadamente incluso a sectores tan vulnerables como son las clases
sociales oprimidas y la delincuencia misma.
La violencia social tiende a ser combatida con medidas
administrativas de tipo represivo. El crecimiento desproporcionado de la
delincuencia común a partir de la aplicación de los nuevos y modernos modelos
económicos, nos muestran claramente el parentesco inocultable entre los
problemas creados por el desempleo, los bajos salarios, la falta absoluta de beneficios
sociales, etc., etc., y el crecimiento de los índices delincuenciales.
Hay criterios que refieren el origen de la
delincuencia y la violencia social con la educación y la formación individual.
Si bien es cierto que la falta de educación puede contribuir al desarrollo de
la delincuencia, no se puede sostener válidamente que éste sea el factor
determinante.
En el caso de Bolivia tenemos el problema cocalero que
consiste en la existencia de miles de trabajadores occidentales del campo y las
minas que han sido expulsados de sus puestos de trabajo o de sus tierras pobres
que se asentaron en el trópico de Cochabamba cultivando coca por el valor
económico que tiene la hoja respecto a otros productos agropecuarios. La
imposición internacional determina que los campesinos bolivianos no tienen
derecho a cultivar la hoja de coca porque se trata de una materia prima para la
fabricación de cocaína, una droga prohibida internacionalmente.
La violencia más inusitada surge como consecuencia de
la contradicción que se da entre el interés legitimo de los campesinos de
cultivar un producto que no puede ser penalizado y el interés confuso de los
poderes mundiales de perseguir el tráfico de drogas, mientras se tolera todo
tipo de comercio con los otros componentes de la producción de cocaína, nos
referimos a todos los precursores La violencia policial contra los cocaleros
está provocando en Bolivia, los niveles más altos de violencia social que
tiende a agudizarse.
Pero, para probar hasta qué punto puede llegar la
incoherencia oficial y formal, aparece una ley que determina que la hoja de
coca es "iter criminis", es decir tiene intención criminal.
Imaginemos un objeto (cosa) con intenciones criminales. Efectivamente,
el art. 30 de la ley 1008, dice textualmente:
Art. 3°~ Para efectos legales se establece una diferencia esencial entre la coca
en estado natural, que no produce
nocivos a la salud humana, y la coca "iter críminis", que es
la hoja en proceso de transformación
química que aísla el alcaloide cocaína y que produce efectos psicofisiológicos
y biológicos nocivos para la salud humana y es usada criminalmente.
Como se ve la redacción de este artículo es un
atentado contra toda teoría jurídica y contra el sentido común. Una hoja
vegetal, un producto agrario, en una palabra una cosa es declarada criminal.
Las cosas no pueden ser criminales, los criminales son las personas y nunca
jamás las cosas o los objetos, sin embargo, a pesar de todas las críticas, los
legisladores no tienen la dignidad de derogar semejante artículo vergonzoso.
Otro caso agudo es el de los campesinos sin tierra del
Chaco y el oriente bolivianos. En 1953 se dictó en Bolivia una ley de Reforma
Agraria que prohibió definitivamente el latifundio improductivo, determinó una
repartición de tierras parcelarias y la dotación de una unidad mínima de
producción a los campesinos sin tierra. Es evidente que la ley de 1953 cumplió
muy relativamente sus propósitos de distribuir tierra labrantía a los
campesinos, desterrar e latifundio y suprimir la servidumbre o los trabajos
gratuitos de parte de los campesinos en beneficio de los señores de la tierra,
empero en alguna medida se hizo justicia con los más pobres sobre todo de la
región andina. El oriente boliviano prácticamente no fue tocado por la ley de
Reforma Agraria.
Cuando pensábamos que el problema agrario en Bolivia
podía seguir un curso democrático una vez que se prohibieron el acaparamiento
de tierras y las relaciones servidumbrales, se precipita en realidad una nueva
política que desconociendo principios constitucionales se niega el derecho
inalienable de la tierra para quien la trabaja y se produce a una
mercantilización abusiva y prepotente de las tierras fiscales y comunitarias
sobre todo, esta vez, en el oriente.
De este modo tenemos que los sectores dominantes
bolivianos, los gobernantes, los ministros, los parlamentarios, se han
constituido en grandes latifundistas nuevos recibiendo grandes extensiones de
tierras arbitrariamente. Conocemos que ex-dignatarios de estado recibieron y
siguen recibiendo dotaciones graciosas de tierras como "pago" a sus
grandes "servicios" al país, algo que es no solamente ilegal, sino
delictuoso.
Por contrario imperio, campesinos expulsados del
altiplano y la montaña que migran al oriente o al Chaco e intentan conquistar
tierra labrantía en tierras ociosas, son expulsados violentamente o asesinados
impunemente por bandas de mercenarios pagados por los nuevos terratenientes que
incluso tienen en sus manos documentos fraudulentos ó legales pero también
ideológicamente falsos.
Una forma de violencia extrema se ha hecho presente
para reprimir a un movimiento social que pretende únicamente hacer producir la
tierra en beneficio del país y de sus humildes hogares. Se podrá sostener que
la propiedad privada es inviolable y por lo tanto la ocupación ilegal de
tierras debe ser sancionada conforme a ley. Empero, sin negar la validez
teórica del argumento, pensamos que la "propiedad privada" en muchos
casos no es legal sino producto del fraude, y que finalmente aunque la
ocupación puede ser ilegal, no son los terratenientes los que deben aplicar la
ley, sino, lógicamente, las autoridades. Llamamos la atención sobre el problema
de los campesinos sin tierra del Chaco boliviano que en la hacienda
"Pananti" fueron brutalmente masacrados por los mercenarios armados
por el propio ejército boliviano ante la pasividad criminal de las autoridades
bolivianas que tienen sobre sus espaldas la responsabilidad de una violencia de
clase e incluso racial.
5. LA
VIOLENCIA ECONOMICA
Este tipo de
violencia no reconocida formalmente, tiene una importancia muy grande, sobre
todo en nuestro mundo contemporáneo. Se trata de las enormes y crecientes
diferencias en cuanto a la distribución de los excedentes económicos que
producen las formaciones sociales (las sociedades). Si el producto interno
bruto y el producto nacional son magnitudes de valor, se pretende que en una
democracia dicho excedente sea
distribuido más o menos equitativamente. Sin embargo esto no ocurre y las
inequidades evidentes y además crecientes, determinan un tipo de violencia
económica que se traduce en índices realmente intolerables de muertes
infantiles, muertes por inanición, muertes por pobreza y miseria, constituyendo
de por si una forma agravada de violencia.
Un ejemplo muy concreto de violencia económica contra
los pueblos y en el caso que sufre Bolivia con la imposición de una Deuda
impuesta a nuestro país por parte de la banca extranjera obligándole a pagar
altos intereses, comisiones y otros convirtiendo a Bolivia en un deudor eterno
de enormes cantidades de dólares anualmente y en sentido ascendente. El hecho
elocuente de que cada niño boliviano que nace en el territorio nacional, lo hace
con una deuda de 500 dólares a los bancos extranjeros. Ünicamente un sistema
económico mundial enfermo puede concebir semejante atrocidad y semejante
violencia económica contra un pueblo y sus descendientes. Hoy mismo se tramita
en un Tribunal Andino de la Deuda Externa, la responsabilidad no solamente de
aquellos delincuentes oficiales y gobernantes corruptos que dilapidaron
criminalmente esos recursos económicos que está obligado a pagar el pueblo
boliviano con su miseria, con su pobreza, con sus enfermedades, con sus
carencias, con su sangre, con su dolor, con su luto; sino también y
principalmente de los bancos extranjeros, de los poderes mundiales, de los
institutos conocidos como los chupa-sangres mundiales como el FMI, el Banco
Mundial o la OMC.
Quién sabe si ésta, la violencia económica es la más
tremenda, la más criminal, la más aterradora, pues consiste en quitar el pan de
la boca de los niños, de los ancianos y las mujeres nacionales de la ciudad y
el campo.
6. LA VIOLENCIA NACIONAL
Este tipo de
violencia parece nuevo, pero al contrario tal vez sea la violencia más antigua,
pues procede de los tiempos remotos de la historia de la humanidad cuando los
grupos humanos tenían que luchar por dominar territorios entre sí. Las
diferentes naciones que no son lo mismo que los Estados nacionales conocidos,
tienen derechos propios y específicos que no son respetados en una cantidad muy
grande de casos. Estas naciones hacen conocer sus aspiraciones que en muchos
casos tiene que ver con la constitución de los estados nacionales. De aquí
surgen verdaderos conflictos nacionales que aparecen como fuentes de violencia
inusitada y de difícil solución. Algunos casos son muy conocidos en la
contemporaneidad, el caso palestino, el caso irlandés, el caso vasco, el caso
corso (Córcega), el caso kurdo (Kurdistán), el caso chechnio, en Chechenia, el
caso kashmir, en Cachemira, etc., etc.
En el caso
boliviano, la violencia nacional tiene que ver con la insurgencia de los
derechos nacionales de los pueblos originarios de Bolivia. En realidad, los
bloqueos de caminos, las marchas campesinas y otras manifestaciones de aymarás,
quechuas y guaraníes, tienen que
ver directamente con
sus aspiraciones nacionales de autodeterminación e independencia.
7. LA
VIOLENCIA RACIAL
También
consideramos un tipo de violencia evidente pero que tiene características
ideológicas. Se trata de la consideración de su supremacía racial de algunos
pueblos sobre otros, un corolario es el concepto de la raza superior que tuvo
como representante máximo al nazismo hitleriano. La raza aria como suprema
expresión del género humano con derecho a la aniquilación o esclavización de
los otros pueblos. Es indudable que en el caso nuestro también está presente el
ingrediente racial por parte tanto de grupos antí-indígenas de origen
extranjero sobre todo en Santa Cruz, cuanto de los pueblos originarios.
Muchas veces la prensa mundial confunde de buena o
mala fe, los conflictos sociales y políticos y los presenta como
confrontaciones violentas de carácter racial. Sobre todo en el Africa se ha
pretendido mostrar que los conflictos inter-tribales han sido la causa de
genocidios tan horribles como los de Ruanda-Burundi, a cargo de las
nacionalidades hutu y tutsi, de hace unos años atrás. Investigaciones más profundas
han mostrado que si bien no se puede negar la existencia de muchas diferencias
"inter-tríbales" o inter-nacionalitarias, las causas principales de
esos sucesos tienen su origen en la intervención neo-colonialista de los
europeos. El método no es nuevo, desde los tiempos coloniales y de la famosa e
inicua "economía de Trata" que consistió en sacar y secuestrar
millones de negros de Africa para llevarlos a América como esclavos
utilizándose a africanos para cazar a africanos, los vencidos eran vendidos por
los vencedores a los europeos, sobre todo británicos para vendernos en América,
Brasil, Antillas y Guayanas; se ha desarrollado una política especial respecto
al Africa.
Se ha considerado siempre por parte del pensamiento
europeo eurocéntrico y racista que el Africa es un continente vacío y habitado
por razas inferiores susceptibles de ser aniquiladas en nombre del
cristianismo, de la modernidad, de la democracia, de cualquier
"valor" que es realidad es un "infra-valor".
8. LA
VIOLENCIA RELIGIOSA
Este tipo
anacrónico de violencia tiene sus antecedentes en las guerras religiosas de la
Edad Media cuando católicos y evangelistas se masacraron mutuamente e
inventaron instituciones brutales como la famosa "Inquisición del Santo
Oficio". Las guerras religiosas de Europa medieval entre católicos romanos
y evangelistas protestantes y las guerras del Islam contra los infieles
parecían fenómenos del pasado, pero vuelven una y otra vez en el mundo
contemporáneo demostrándonos que es incorrecto pensar en una uniformidad en
cuanto a las creencias religiosas. Casi siempre todos los pueblos y naciones se
considerarán a si mismos como "pueblos elegidos de Dios", pero de
cada uno de sus propios dioses de modo que al final todos son hijos de Dios,
solamente que eso no lo comprenden los pueblos. Es una de las formas más
exacerbadas de etnocentrismo y que reclamarán del resto sumisión y obediencia.
El Estado de Israel
es un ejemplo prototípico de esta suerte de mitología religiosa que es fuente
de violencia religiosa.
Israel, decíamos, es una muestra palpable de este tipo
de fuente de violencia religiosa. No obstante haber sido fundado el Estado de
Israel por mandato de las Naciones Unidas para proteger a las víctimas del
racismo hitleriano y del famoso "Holocausto", muy rápidamente este
"Estado" se convirtió en una verdadera plaza de armas del
colonialismo en el corazón mismo del mundo árabe y musulmán. Ignoró
completamente el mandato de dividir el territorio palestino en dos estados
independientes, procedió a usurpar abusivamente territorios palestinos
expulsando salvajemente a sus habitantes y convirtiéndolos en refugiados y
perseguidos en su propia patria, sin que las NN UU hicieran nada para hacer
cumplir sus propias determinaciones. Naturalmente detrás de la prepotencia de
este mini-estado, se encuentran las grandes potencias que respaldan en toda
forma a este estado gendarme, racista y belicista.
Igualmente el fundamentalismo islámico que, a su vez,
enfrenta violentamente a los musulmanes sunnitas que adoran a Mahoma y los
chiítas que creen en su sobrino Alí, confrontación religiosa que tiene tanta
actualidad y que ha hecho reflexionar mucho en los últimos tiempos. El
fundamentalismo islámico que tanto ha hecho reflexionar en los últimos tiempos.
La violencia religiosa referida al Islam tiene la particularidad de estar
confundida con la lucha anti-occidental por las agresiones múltiples que ha
sufrido el mundo islámico de parte de Occidente. En el fondo, todos los pueblos
árabes y también todos los pueblos musulmanes incuban muy internamente un
resentimiento fundado contra Occidente que se expresa ante todo en los sectores
radicalizados como el caso Talibán (Estudiantes del Corán en las famosas
Madrasas o escuelas de capacitación coránica) de Pakistán y Afganistán, aunque
también de Arabia Saudita y Egipto.
También la violencia política que es la principal, es
a veces ocultada como violencia religiosa. Como vemos los linderos entre las
diversas formas que vamos estudiando están íntimamente relacionadas y en rigor
deben ser consideradas como partes indisolubles de un solo movimiento violento
de una sociedad (formación social mundial) que no tiene ni siquiera la mínima
capacidad para aprehender el carácter de la violencia contemporánea.
9. EL
TERRORISMO IMPERIALISTA Y EL GENOCIDIO
"Terrorismo"
es un término en boga y por lo mismo poco reflexionado. El terrorismo es una
forma exacerbada de violencia política y social que consiste en la utilización
de métodos masivos de aniquilación física en forma indiscriminada en contra de
poblaciones civiles que no están involucradas directamente ni indirectamente en
los conflictos internacionales provocados precisamente por el imperialismo. Se
diferencia de la guerra en que no es una confrontación de unidades guerreras
especializadas en el "arte" de la guerra; que no reconoce ninguna declaración formal de
hostilidades y que finalmente se desata en forma completamente arbitraria y
prepotente contra poblaciones desarmadas e inermes de países siempre del Tercer
Mundo.
El genocidio, por
su parte es una forma de violencia desatada contra grupos nacionales o
sociales, ya sea por motivos políticos, raciales, religiosos o cada uno de los
motivos arriba mencionados.
Podemos comparar
los actos de estados, grupos, organizaciones legales o ilegales, clandestinas o
públicas cuyos actos coinciden con la caracterización anterior y tendremos,
lisa y llanamente, terrorismo puro.
Tan terrorista es un
coche-bomba que estalla es una calle cualquiera de Madrid o de Belfast, como unos aviones secuestrados impactando sobre
edificios civiles. Empero mucho más terrorista, es el bombardeo indiscriminado
de poblaciones civiles que nada tienen que ver ni con aquellos atentados ni con
confabulaciones políticas.
La satanización de muchos movimientos políticos tiene
la virtud de convertir indiscriminadamente movimientos de tipo muy diversos con
el eufemismo del "terrorismo".
10. CONCLUSIONES
Las anteriores
conceptualizaciones sobre, la guerra, la violencia y el terror tienen que ver
claramente con el curso de los acontecimientos mundiales, nacionales y locales
y tratan de encontrar, debajo de la superficie, una explicación científica, en
torno al origen de la violencia para, por lo menos, comprenderla en toda su
amplitud y su peligrosidad mientras no se erradiquen las causas de su
surgimiento.
No se podrá jamás
acabar con la violencia social y política que es un efecto, mientras no se
extirpen radicalmente sus causas que tienen raíces muy profundas en la sociedad
capitalista contemporánea.
La Paz, octubre de
2005.
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