JAVIER
GARCÍA (1999)
1.
Cómo nos dominan
El capitalismo es un sistema social que se basa en la explotación
de la clase trabajadora a manos de una minoría de la sociedad, aquellos que
poseen los medios de producción, es decir, los capitalistas. El dominio de esta
minoría sobre la mayoría es garantizado por el estado que es el instrumento por
el cual una clase impone su dominio sobre otra.
El
estado burgués garantiza el dominio social de los capitalistas mediante su control
del aparato del estado. El aparato ideológico del estado -la educación, la
familia, la Iglesia ,
los medios de comunicación, las cúpulas sindicales y políticas reformistas,
etc- garantiza la difusión de los valores e ideas de la clase dominante con objeto
de impedir la concienciación política y por consiguiente, la lucha, de la clase
dominada. El aparato ideológico tiene, por tanto, una función preventiva. Su
misión es evitar el levantamiento de la clase dominada.
A
pesar de que el capitalismo ha perfeccionado notablemente este aparato, en
algunas ocasiones -los momentos en que se producen crisis revolucionarias- su
control social no puede ser garantizado sólo por el dominio ideológico. Es
entonces cuando actúa el aparato coercitivo -ejército, policía, Guardia Civil,
etc- mediante la represión violenta de cualquier movimiento que desestabilice
el dominio de los capitalistas.
2.
Los modelos de su dominio
En
condiciones normales, la burguesía domina mediante la democracia burguesa.
Existen libertades formales, se puede votar, hay partidos y sindicatos, etc.
Aquí el aparato dominante es el ideológico. Los capitalistas pueden prevenir
cualquier levantamiento social mediante su dominio ideológico que se traduce en
un bajo nivel de conciencia de las masas de trabajadores, en la domesticación
de las cúpulas sindicales y políticas obreras, en el aislamiento de la
vanguardia revolucionaria, etc. Este modelo se da normalmente en mayor o menor
medida en países capitalistas desarrollados.
Otro
modelo es la dictadura burguesa o bonapartismo. Aquí el aparato dominante es el
policíaco-militar. La burguesía deposita su confianza no en los líderes
políticos a su servicio, si no en una junta militar. Se suspenden las
libertades, se persigue a los opositores, se reprime al movimiento obrero, etc.
Existen muchos tipos de dictaduras burguesas. Por ejemplo, la dictadura de
Primo de Rivera reprimió a la CNT
y al movimiento anarquista, pero toleró a la UGT y al movimiento socialista. Las dictaduras
latinoamericanas, sin embargo, sin dejar de ser dictaduras, emplearon métodos
propios del fascismo: el aniquilamiento físico de la vanguardia obrera y, por
tanto, la destrucción del movimiento obrero organizado. Hay dictaduras que
duran poco tiempo (la de Primo de Rivera duró siete años) y otras que duran más
(la de Franco, por ejemplo), dependiendo de las relaciones de fuerzas entre las
clases.
3.
El fascismo
El
tercer modelo es el fascismo. El fascismo se distingue del bonapartismo en
varios aspectos y por eso hay que estudiarlo separada y específicamente. El
bonapartismo se basa exclusivamente en el aparato del estado. En cambio, el
fascismo, descansa en una primera etapa, en un movimiento de masas, es decir,
cuenta con apoyo social. Expliquemos esto. El fascismo sólo se puede dar en
períodos revolucionarios, en períodos de grandes crisis sociales, cuando no es
posible ningún arreglo pacífico entre las clases, cuando la salida no puede ser
otra que o fascismo o socialismo. O lo que es lo mismo o victoria de la
reacción o victoria de la revolución.
La
burguesía, en estos períodos, juega a dos bandas. Por un lado, mantiene la
apariencia democrática -parlamento, partidos, etc- y por otro, apuesta cada vez
más por el fascismo. En un período revolucionario la clase trabajadora tiene
muchas oportunidades para tomar una y otra vez el poder, destruir el estado
burgués y transformar la sociedad. Si no lo hace -debido fundamentalmente a que
la mayoría de los trabajadores siguen todavía a direcciones reformistas y no se
ha construido un partido revolucionario de masas- las masas de la pequeña
burguesía y el lumpenproletariado después de poner su confianza en el campo
obrero y ser una y otra vez decepcionadas se pasan al campo contrario, al de la
reacción burguesa.
La
burguesía atrae a estas masas con una demagogia cuasi revolucionaria y las
organiza paramilitarmente. Por ejemplo, el partido nazi alemán no sólo hizo
propaganda contra los judíos, si no también contra los banqueros y el capital
financiero. Distinguían entre el capitalista “bueno” que dirige su negocio y el
capitalista usurero o prestamista que saca beneficio del negocio de los demás.
Aunque los judíos no llegaban a representar ni un 1% de la clase dominante
alemana, algunos de los banqueros más conocidos eran judíos, por lo que era fácil
identificar al usurero con el judío.
Por
otro lado, millones de alemanes estaban en paro, al mismo tiempo que el impago
de los créditos y préstamos bancarios hacía que muchos pequeños comerciantes,
tenderos, funcionarios, etc fueran cada día a la ruina. De esta manera los
nazis con su demagogia racista atraían a sectores sociales que habían perdido
la esperanza en que el proletariado organizado pudiera ofrecer una salida.
Esos
sectores eran organizados paramilitarmente y realizaban acciones violentas
contra militantes obreros, sedes de sindicatos, atacaban mítines etc. Esto es
otra particularidad de los movimientos fascistas. En Alemania las SA y en
Italia los Fascio di Combatimento dirigieron sus ataques contra los partidos y
sindicatos obreros, por muy reformistas que fueran sus líderes. Muchos pequeño
burgueses, lúmpenes y obreros que son enrolados en los destacamentos de combate
fascistas creen honradamente que están llevando a cabo una revolución, creen
que van a acabar con el sistema... La realidad es que están defendiendo los
intereses de la clase dominante y del sistema.
Cuando
el partido fascista adquiere una fuerza de masas, la burguesía liquida a los
demás partidos burgueses y concentra todo su apoyo en el partido fascista, con
objeto de facilitar su llegada al gobierno. Pero esta es la última fase en su
estrategia de toma del poder. Antes de esto, los fascistas intentan dominar la
calle fomentando el terror con sus acciones -palizas, intentos de asesinato,
atentados, etc-. En un principio, estas acciones tienen un carácter individual
y van dirigidas contra revolucionarios, minorías étnicas, gays, indigentes,
etc. Más adelante conforme avance el proceso sus ataques van dirigidos hacia
las organizaciones obreras, sus sedes y actividades.
Una
vez que el partido fascista alcanza el poder, el proletariado es duramente
reprimido. Sus organizaciones desaparecen y son perseguidas y no sólo sus
líderes, si no cualquier militante es objeto de detención, tortura y asesinato.
Los capitalistas se deciden por la opción fascista cuando la supervivencia del
capitalismo entra en contradicción con la existencia de un movimiento obrero
organizado.
El
fascismo tiene corta duración. Cuando la burguesía ha aplastado al movimiento
obrero y no necesita mantener un movimiento de masas fascista, el régimen
evoluciona hacia una dictadura policiaco-militar normal. En esta fase, la clase
dominante se puede encontrar con el problema de una posible rebelión de los
elementos que cautivó con su demagogia cuasi revolucionaria. Por ejemplo, la
burguesía alemana tuvo que liquidar físicamente a los cuadros de mando de las
SA, muchos de los cuáles procedían del movimiento obrero y que pretendían
apartar a Hitler del poder y expropiar a los capitalistas, en lo que llamaron
la “segunda revolución”. Estos elementos desclasados fueron barridos por el
régimen nazi en la famosa “noche de los cuchillos largos”.
Como vemos, el fascismo es un modelo de dominio muy peculiar, que se distingue perfectamente de una dictadura bonapartista, aunque también conserve rasgos comunes.
Como vemos, el fascismo es un modelo de dominio muy peculiar, que se distingue perfectamente de una dictadura bonapartista, aunque también conserve rasgos comunes.
Resumiendo:
1) el fascismo es un régimen de dominación del gran capital
que surge siempre en períodos revolucionarios y como consecuencia de la
incapacidad de la clase obrera de tomar el poder y transformar la sociedad.
2) El fascismo se basa en un movimiento de masas organizado paramilitarmente formado por las masas desesperadas de la pequeña burguesía, elementos desclasados de la clase obrera y lúmpenes.
3) Este movimiento surge en torno al partido fascista que utiliza a estos elementos captados entre la pequeña burguesía y la clase obrera como fuerza de choque en su estrategia de toma del poder político.
4) Dicha estrategia pasa por diferentes fases hasta que el partido fascista adquiere una dimensión de masas. Entonces, la clase capitalista apuesta decididamente por el fascismo liquidando al resto de partidos burgueses.
5) Cuando las organizaciones obreras han sido destruidas y el peligro ha pasado, los capitalistas purgan el partido fascista de elementos “revolucionarios” para permitir la evolución del régimen hacia una dictadura bonapartista basada en el estado.
2) El fascismo se basa en un movimiento de masas organizado paramilitarmente formado por las masas desesperadas de la pequeña burguesía, elementos desclasados de la clase obrera y lúmpenes.
3) Este movimiento surge en torno al partido fascista que utiliza a estos elementos captados entre la pequeña burguesía y la clase obrera como fuerza de choque en su estrategia de toma del poder político.
4) Dicha estrategia pasa por diferentes fases hasta que el partido fascista adquiere una dimensión de masas. Entonces, la clase capitalista apuesta decididamente por el fascismo liquidando al resto de partidos burgueses.
5) Cuando las organizaciones obreras han sido destruidas y el peligro ha pasado, los capitalistas purgan el partido fascista de elementos “revolucionarios” para permitir la evolución del régimen hacia una dictadura bonapartista basada en el estado.
Esta es la teoría marxista del fascismo expuesta de la forma más sencilla y resumida posible. Pero no todo el mundo está de acuerdo con esto.
4. Otras
explicaciones del fenómeno fascista
-
La teoría socialdemócrata del fascismo afirma que existen sectores de la clase
dominante interesados en derrotar el fascismo. Ponen por ejemplo, el
enfrentamiento entre el capitalismo alemán y inglés durante la 2ª Guerra
Mundial o el repudio de algunos importantes magnates alemanes hacia el nazismo.
Todo ello para llegar a la conclusión de que no se puede luchar contra el
fascismo con métodos violentos o extralegales. El estado -los jueces, la
policía, etc- son los que tienen que enfrentarse a los fascistas, no los
trabajadores. El movimiento obrero debe unirse a los sectores progresistas de
la clase dominante para combatir desde la legalidad al fascismo. La expresión
política de esta unión es el Frente Popular, coalición entre partidos obreros y
burgueses. Este planteamiento clásico de la socialdemocracia fue asumido por el
estalinismo a partir de 1935 en el VII Congreso de la Internacional Comunista
que aprobó la política de Frentes Populares.
-
La teoría estalinista del fascismo originariamente era bien distinta. No
diferenciaba entre los fascistas y los socialdemócratas a los que llamaba
"socialfascistas". Esto hacía imposible cualquier unidad de acción
entre los obreros socialdemócratas y los estalinistas frente a los fascistas.
Esta política era conocida como la política del "tercer período" que
comenzó con el crak del '29 y que según los estalinistas iba a ser la crisis
final del capitalismo. En ese período los socialdemócratas como habían demostrado
otras veces iban a ser los salvadores del capitalismo como ocurriera en la
revolución alemana de 1919 donde Rosa Luxemburgo y los dirigentes
espartaquistas fueron asesinados por las tropas al mando del Gobierno
socialdemócrata alemán. Los estalinistas llamaban a su táctica frente único por
abajo, es decir, un frente de los trabajadores sin interferencias burguesas, lo
cual es correcto, pero sin participación de la dirección socialdemócrata, lo
que en la práctica impedía cualquier unidad de acción. El resultado de esta
política fue que, por ejemplo, ante el peligro nazi, el PC alemán abrazó una
política ultraizquierdista y sectaria que impidió por un lado, ganar a la base
socialdemócrata y por otro lado, dividió el movimiento obrero, facilitando la
llegada al poder de Hitler.
5.
Cómo combatir el fascismo. Propuestas para el debate:
*
Grupúsculos fascistas van a existir siempre. Conexiones con el aparato del
estado también. Según un informe publicado en Madrid en 1994, el 13% de los
miembros de BB.AA. eran miembros de las fuerzas de seguridad del estado. La
cuestión es discernir cuando existe el peligro real del fascismo. O lo que es
lo mismo, cuando un grupúsculo fascista puede adquirir una fuerza de masas.
Para que esta variable pueda convertirse en realidad la sociedad tiene que
entrar necesariamente en un período revolucionario. ¿Necesita la clase
dominante el fascismo para seguir dominando? O lo que es lo mismo, ¿existe un
peligro real de acceso al poder de los fascistas en Europa a corto y medio
plazo?
*
Existen diferentes grupos políticos de extrema derecha. Por ejemplo, el Partido
de la Libertad
(Austria) de Jorg Haider emplea una demagogía racista y xenófoba, pero no tiene
encuadrados dentro de sus filas a bandas paramilitares. El Frente Nacional
(Francia) de Le Pen o de la
Alianza Nacional (Italia) de Fini han tenido o tienen estos
elementos dentro de sus filas, aunque se desentienden de sus acciones. Entre
estos grandes partidos y los grupos más abiertamente neonazis, ¿existe una
diferencia esencial?
*
Para luchar contra las bandas fascistas, crees que sería necesario exigir al
Gobierno su prohibición. Es decir, ¿podemos fiarnos del estado para controlar
la actividad de estos grupos o sólo podemos confiar en la fuerza de nuestra
movilización?
*
A la vista de la experiencia histórica, ¿que táctica debemos utilizar: Frente
Popular, Frente Único o Frente Único por abajo?.
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